¿Fin de trayecto?

El movimiento llamado de los indignados o del 15M como tambien se les conoce , nació de una plataforma que se fraguo alrededor de las redes sociales siguiendo el modelo de las revueltas habidas en algunos países árabes de tomar las plazas con convocatorias     vía redes sociales ,facebook fundamentalmente , articulándose alrededor de la llamada “Plataforma de coordinación de grupos pro-movilización ciudadana” con un lema "¡Democracia Real YA!" y unos principios interesantes "Somos personas normales y corrientes. Somos como tú: gente que se levanta por las mañanas para estudiar, para trabajar o para buscar trabajo (...) Unos nos consideramos más progresistas, otros más conservadores. Unos creyentes, otros no. Unos tenemos ideologías bien definidas, otros nos consideramos apolíticos... Pero todos estamos preocupados e indignados por el panorama político, económico y social que vemos a nuestro alrededor. Por la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie." 

Su inmenso éxito inicial se debió sin duda en tomar las plazas por parte de gente normal y corriente que no “pertenecían al sistema”, ni eran políticos, ni miembros de las entidades que podríamos catalogar como del sistema y si muchísimos jóvenes en su inmensa mayoría que estaban hasta el gorro de aguantar y tragar sin más futuro que ser absorbidos por un sistema que cada vez tenia más "fugas de agua al tener las cañereias agujeros cada vez más grandes". Por gentes de todo tipo, por parados, por gente trabajadora, hipotecada, por estudiantes, por gente “normal”. Aquí radica el éxito del movimiento, en su propia diversidad y en sus gentes que se posicionan claramente al margen de partidos, sindicatos y cualquier tipo de entidad al uso con el sistema asambleario como órgano de decisión y unos líderes que hicieron un trabajo previo de aglutinar diversas plataformas que ya estaban en movimiento pasando a ser uno más en el momento que se logra la movilización con un discurso para desarrollar en un nuevo marco ajeno totalmente al actual de partidos, sindicatos y entidades enclaustradas en sus propias inercias. 

Los políticos, que no son tontos, dejaron hacer aunque se estuviese en plena campaña electoral al tener autentico pánico a la intervención policial para desmantelar el campamento más mediático y multitudinario en el que había puntas de 25.000 personas que se dice pronto. Muchas de ellas mirones y otras de botellón, es cierto, pero sin duda un movimiento que generaba muchas complicidades con el “pueblo” que después del trabajo, o de la universidad, o del instituto se daba una vuelta por Sol para participar en las asambleas volviendo luego a sus casas o pernoctando solo los fines de semana en la plaza o en cualquier otra asamblea de cualquiera de las plazas tomadas en toda la geografía del mapa ibérico. 

En casa, en Mataró, también tenemos una participación en la plaza Santana de los indignados que ya han decidido levantar la acampada el fin de semana próximo pasando a diversificar el mensaje en asambleas por los barrios. El pasado jueves toco Cerdanyola en la que estuve un buen rato escuchando y viendo la utilización partidista de algunos profesionales de las asambleas que conocen perfectamente cómo gestionar los tempos, como pedir la palabra muchas veces con intervenciones cortas para levantar el aplauso fácil llegando incluso a dar vuelta al ruedo sin el trofeo de las dos orejas y el rabo en sus manos pero si la exposición publica ante los anónimos ciudadanos emulando con las manos en alto el gesto de mostrar el trofeo con muestras de jubilo. 

Este es el peligro que pueden tener los indignados de Mataró pasar de ser mirados con respeto al haber logrado que los ciudadanos "vean" algo diferente , algo que sale desde la espontaneidad,  a ver estos mismos ciudadanos que vieron caras nuevas ser utilizado por los profesionales autoproclamados indignados ahora, antes eran otra cosa y mañana cualquier cosa en las que puedan meter su cuchara, para chupar cámara.

Me da la sensación que pasaran de morir de éxito, a morir sin entierro porque algunos vieron  éxito en agregarse una vez que triunfa.