Mañana es jueves

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Las aceras teóricamente son el camino por donde pueden transitar los peatones sin contratiempos, lamentablemente eso es la teoría ya que han sido abandonadas a su suerte. En muchas de ellas es difícil no encontrase con caquitas de perros, con los panot que se mueven o mal niveladas en las que cuando llueve, en algunas, hay que hacer trasvases de una parte a otra para no caer en charcos, las rotas por los arboles son un tópico en la ciudad solo hay que fijarse, por ejemplo, en la entrada la ciudad por el Cami del Mig, las ocupadas por las motos o camiones, no exagero, que aparcan porque no hay aparcamiento cerca para “aliviar” en lo posible la carga del conductor a la hora de transportar la mercancía a su destino, los mecánicos que creen que tener un vado es sinónimo de poder hacer lo que le venga en gana en “su acera”, sin contar que algunas hace años no ven otra agua que no sea la de la lluvia completando así el cambiante salto de obstáculos que el peatón debe sortear cada día al salir de casa e intentar andar hacia algún lado u otro por la acera. En definitiva son un espacio público que se ha convertido en tierra de nadie y a su vez de todos, peatones, conductores, perritos, camioneros, mecánicos y todo bicho viviente que considera es un espacio donde puede imponer su ley de la selva particular.


Encima debemos soportar que la propia administración tolere ciertos olvidos u errores. Durante una semana de viernes a sábado del la semana siguiente, estas vallas que podéis ver estuvieron “colocadas” en algunas esquinas del barrio de Cerdanyola no sabiendo cual fue su utilidad en caso de que fuera alguna, me da la sensación que alguien cometió un error ,que yo sepa no hubo carrera que necesitase el corte de trafico aunque me puedo equivocar, pero seguro, seguro que lo que no es de recibo es que estén una semana estorbando sin que nadie se de cuenta o si se dieron y no actuaron subsidiariamente en caso de que fuese una empresa externa, no lo se aunque si se una cosa debemos exigir. Debemos exigir recuperar esa acera para el peatón que no debe estar pendiente de no meter un pie en uno de esos espacios en los que antes había un árbol, de no torcernos un tobillo en esas aceras rompe tobillos que haberlas hailas, de no meterse un tubo en un ojo por las obras en algunas fachadas en las que te das de bruces con el andamio al no estar rodeado de un perímetro vallado, por no tropezar con esas tómbolas de bolitas y demás que algunos comercios ponen en “su puerta” para atraer la curiosidad caprichosa de los niños pequeños, del caballito , del cochecito y del avión  que pululan a las puertas de todo tipo de comercios, por algunos listos que ponen su paradeta a la puerta de la frutería, por, por ,por. Tampoco sería mala idea que encima no tuviéramos que taparnos la nariz cuando pasamos cerca de un contenedor, eso ya seria de nota pero eso es otra historia.

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